Un tío del ejército tiene raramente la oportunidad de expresar su homosexualidad en este duro ambiente, por lo tanto, en el ocio, es un puro placer para él poder disfrutar de una buena lección sadomasoquista que le dará unos orgasmos increíbles, y él es quien da las órdenes muy a menudo. Instalado en su silla de tortura, entre las manos de su albino tatuado, la victima consentidora dejará a su dominador a ponerle unas pinzas en el pene y en los cojones, muy cerca de la base. Luego, aún con el pene en un mal estado y después de haber mamado a su dueño, se le insertará gradualmente en el culo un enorme consolador. Su agujero está ahora suficientemente abierto y dilatado para una penetración de puño que hará eyacular enseguida a nuestros dos sadomasoquistas...
Unos reclutas jovencitos tienen derecho a una novatada con todas las de la ley. Los suboficiales les ponen en pelotas, en posición de firmes y sacan unos desarrolladores de pene. ¡Les dan la orden de meter la polla y de bombear! Los reclutas obedecen y comienzan a probar estos alargadores de sexo. Pero son demasiados tímidos y los suboficiales atrapan los desarrolladores y bombean como locos. ¡Los pollones llenos de leche cremosa están a punto de estallar! Los glandes enrojecidos son extremadamente sensibles, algunos reclutas eyaculan chorros largos de esperma en la bomba aullando de placer. ¡Las pequeñas pollas eyaculadoras precoz están de faena por 15 días! ¡Y estan obligados de limpiar la leche con la boca! Duro, fuerte y 100 % militares...
El sargento continua de martirizar los reclutas. Quiere que sean hombres, verdaderos. El reúne la tropa en el comedor y les ordena desnudarse. Los jóvenes ejecutan la orden. ¡El sargento autoritario distribuye las bombas de erección y les hace una demostración de cómo los verdaderos tíos, los soldados viriles se bombean la polla! Su polla se pone turgente, roja como la sangre, saturada de esperma. Los pequeños reclutas salivan, a ellos les gusta tragar pollas hinchadas. Pero ahora les toca. Los reclutas se colocan la máquina a polla y bombean. El suboficial les grita encima: “ ¡Bombear mas! ¡Joder! ¡Mas fuerte!”. Ellos están como locos, la polla lista para explotar, exasperante de placer a dos dedos de correrse...
A diferencia del billar americano que tiene 6 agujeros, el billar latino, al que se entregan Rayco y Rico, tiene solo 2 y, además, puedes llevarlos consigo. Tacos, bolas y agujeros. Practico, ¿no? La demostración, en esta secuencia: primero, cada uno de ellos debe mamar a su compañero de juego, frotándole las pelotas al mismo tiempo para asegurarse que están perfectamente redondas. Luego, medirán el diámetro del agujero con una bola (de color), y puesto que no está demasiado ancha, tendrán que dilatarla con cualquier cosa al alcance de la mano. Un taco (de madera), el mango (de madera), luego un taco (de madera) y un mango. Y una vez dilatado lo suficiente, el partido puede comenzar: y consiste en forrar un taco (de carne) totalmente duro e hinchado en este agujero y penetrarlo hasta que el propietario del agujero gemirá de placer y el del taco correrá a chorros su semen caliente. ¡El perdedor enculará al otro en la próxima ronda!
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