Un dueño de un bar en pleno inventario descubre a su camarero haciendose una paja en una sala vacía, con los vaqueros bajados y la polla recta. Le hecha una bronca pero luego entenderemos que es más aturdido que enfadado y que abdicará rápidamente su autoridad para tragar vorazmente la enorme polla de su empleado. Y veremos al dueño como le gusta arrodillarse delante de una hermosa polla para mamarla; no se deja rogar mucho y lo masturba, lo chupa y lo traga como una buena zorra. Luego se pone en una posición ofreciendo su culo a la lengua buscadora del camarero que, esta vez, no se niega en jugar a lo lame-culos para su placer. Después de haber bien dilatado la estrellita del dueño con la boca y sus dedos, él le forrará su enorme polla enculándolo sin retenciones. Teniendo bien a su dueño por las caderas, él le parte el culo copiosamente haciéndolo gritar. ¡Esta vez él puede decir sin temor que su dueño es un gilipollas!
Mientras estaban almorzando un poco más tarde que el resto del equipo, dos compañeros de trabajo gay coincidieron en cumplir juntos sus deseos. ¡Qué juego peligroso este almuerzo al trabajo, aparentemente inocente! Comenzando con unos besos apasionados, nuestros dos "besugones" profesionales se desnudan progresivamente hasta sobre las mesas de la pequeña cafetería erótica. Dando que las cosas van bien y no le importan nada el ruido que hacen, nuestros dos viciosos treintañeros de cabellos negros se expresan muy pronto, desnudos, después de un anulingus de los más calientes, lubricándose uno al otro el agujero del culo para la próxima sodomía profunda. Una buena corrida y comienzan de nuevo por unas horas más de trabajo...
Mejor que un vestíbulo en un club gay, más íntimo y gratis: el okupa de orgía. Gilles invitó a 5 amigos en su polvodromo de la suerte, sin más discursos ellos se encularán a grandes golpes de polla. Ellos se desnudaron rápidamente acariciándose, tocándose, mamándose. Dos por dos, luego tres por tres dando que el número de combinaciones posibles es muy divertido, una polla en la boca, otra entre las nalgas. Pero podemos hacer otra cosa más divertida, se dice Gilles, y al final los seis tíos en celo deciden se mezclarse todos juntos en un amontonamiento de pollas turgentes, de bocas golosas y agujeritos masturbados y penetrados. Esta mezcla de placer lúbrica terminará en una corrida colectiva de esperma caliente. ¡Y como es un okupa, no necesitarán limpiar!
Julio y Gilles encontraron un sitio idea para mimarse al amparo de las miradas indiscretas de la ciudad: la forja. Y justamente en este sitio un poco sórdido pero que se presta a los abrazos furtivos que se dan. Rápidamente, ellos se desnudan y comienzan a mamarse mutuamente. El único mueble del sitio es una vieja mesa abandonada pero a ellos les basta para costarse y de gozar juntos en un 69. Luego Julio instala a Gilles sobre la mesa, y después de haberlo preparado con su lengua caliente y húmeda, lo empalará profundamente, forrado entre sus nalgas hasta los cojones. Gilles chilla de alegría pero afortunadamente los gritos están cubiertos por el ruido de la forja. Luego a su turno, Julio se gira ofreciendo su culo para ser enculado y Gilles no se priva en encularlo a grandes golpes de riñones y de penetrarle la forja personal. ¡Qué bueno es encargarse del mantenimiento!
Gilles, nuestro famoso guarro jovencito, convenció a dos amigos suyos a ayudarlo a despegar el papel pintado de su habitación. Su habitación le va servir, pero despegando a vapor, dando que los tres canallas follarán allí. Comenzarán el trabajo doméstico, desnudándose, tocándose y masturbándose contra el muro. Esto no despegará el papel pintado pero, al menos, hinchará las pollas que saldrán rápidamente de su bóxer para terminar con una o dos en la boca de un tercero. Ellos son súper excitados y muy decididos en partirse el culo a turnos con los cojones llenos y con su enorme perforadora en sus agujeritos que se dilatarán con la saliva como un líquido de enfriamiento. En realidad, ellos no se enfriarán, dando que, al final, nuestros obreros de domingo descargarán chorros gruesos de esperma caliente de sus instrumentos pesados. ¡El papel pintado sigue pegado al mudo pero, al menos, no pueden decir que no han hecho nada durante todo el día!
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